Esta mañana en el autobús he tenido otra vez esa sensación de impotencia y rabia interior que algún día explotará y al conductor de TUZSA que le toque le voy a amargar el día.
¿Por qué no le da la gana de abrir la puerta en el semáforo que está a 5 metros de la parada y con medio autobús dentro de ella?
Pues por eso, porque no le da la real gana, pero ojo que como venga una rubia despampanante (que ganas tenía de decir esa palabra), que le abre la puerta echando leches.
Y si algún día el señor está contento y te abre la puerta (que según mi punto de vista es su obligación) casi hay que hacerle una felatio atómica para que se quede contento.
Y yo pienso para mi: "Vamos a ver estoy pagando por utilizar este servicio público, no le estoy pidiendo un favor, le estoy pidiendo que cumpla con su obligación.A mi nadie me da las gracias por estar 15 minutos más en la oficina, ¡coño abre la puerta y comportate cívicamente!
A Dios pongo por testigo que algún día se me hincharán las pelotas y me sentaré delante del bus y no me moveré hasta que me abra, o venga la policía o intente atropellarme; lo que pase primero.
Y cuando le pasa a otra persona me indigno cuando la veo correr junto al autobús ante la indiferencia del señor conductor, y a veces pienso en gritarle algo pero primero esperaré a que se pongan de acuerdo Tina Turner y Bonnie Tyler.
Hoy estoy: Cabreado
Leyendo: La Torre Oscura V: Lobos del Calla
A esto le pega: Hero.-Enrique Iglesias
